No es una cita - Capitulo 7

Estaban ahora a salvo en la mansión de la chica disfrutando del teatro en casa con un exhausto día a espaldas. Una caja de Chester’s pizza ₍₁₎ yacía abierta junto a los jóvenes. La película llegó al final tan pronto como comenzó a proyectarse en la pantalla gigante.

Danny no podía estar más feliz. La comida lo había dejado satisfecho, había conquistado su miedo a las montañas rusas, y ahora Sam se había dormido sobre su pecho. Podía asegurar con toda certeza que no podían estar en una posición más conveniente, y no lo pensaba de una forma promiscua.

Sam estaba profundamente dormida. Probablemente no notaría si él le daba un beso fugaz en los labios o si olía su cabello. Definitivamente no podría imaginar cuánto había disfrutado él de cada momento en su compañía a lo largo del día, especialmente ahora.

Mientras el debate interior continuaba, la película terminó y los créditos comenzaron su marcha. Sam suspiró por lo bajo y abrió con lentitud los ojos. “¿Ya se acabó la película?”

Danny bajó la vista hacia ella y sonrió. “Ya era hora de que despertaras, Bella Durimente” ¿Realmente Sam imaginaría que él usó ese título a propósito…de forma literal?

Ella sonrió y usó las mismas palabras que Danny había usado en la mañana. “Qué, ¿no hay beso para romper el hechizo?”

Lo que pasó después los sorprendió a ambos por igual. Danny bajó el rostro y la besó con suavidad en sus hermosos labios.

La sorpresa se extendió por ambos rostros. Sam se sentó y observó a al chico, absorta. Danny no pudo creer con cuánta facilidad sus sentimientos habían vencido al sentido común. Ella jamás imaginó que algo así pudiese ocurrir. Había una cosa clara en ambas mentes: eso no había sido un beso en los labios de mentira.

“Um, Danny”. Ella habló. “¿A qué vino eso?” No es que me esté quejando, pensó para sí.

“Yo, eh” Danny dudó. “No lo sé con certeza. Supongo que estaba intentando sorprenderte.”
Se atacó a sí mismo en su interior: Idiota, idiota, ¡idiota! ¿Cómo pudo permitir que eso pasara? Su amistad, con toda seguridad, ya no sería lo mismo.

Intentó pensarlo detenidamente: probablemente había perdido a Sam y a su amistad con esa estúpida maniobra, pero eso era como estar en el limbo: ¿qué podría perder ahora? Además, quizá ella se sentía de la misma forma hacia él. ¿Qué más daba si lo intentaba?

“Escucha, Sam. Antes de que digas algo déjame explicarte. Para ser sincero he estado pensando mucho sobre nosotros dos y no quise hacerlo con el propósito de arruniar nuestra amistad. Solo quería que entendieras qué es lo que realmente siento por ti. Ahora, entiendo si tú no te sientes de la misma—”

No hubo oportunidad para terminar la oración. Sam se abalanzó sobre él y le besó con fuerza. Era un gesto apasionado, un millón de veces mejor que un beso fingido. Para Danny hubo una cosa clara: besar a Sam jamás podría compararse con besar a Paulina o Valerie, esto en definitiva era mucho mejor.

Ella rompió el beso, y con los ojos cerrados y una sonrisa en el rostro reclamó: “Cállate y bésame, Fenton.”

No hubo objección alguna, Danny le besó de nuevo y preguntó en alta voz, “Entonces, lo de hoy cuenta como una cita, ¿verdad?”

Ella sonió y le besó, dándole la respuesta. Sí.

FIN